Muy buenas señores. Continuando con nuestro especial, les traemos otro relato para que puedan disfrutar de una pequeña lectura antes de que termine el día y no se preocupen, esta vez el final es un poco más serio que el de nuestro último post XD
PREVIEW
Una mujer se levanta de su cama algo apurada para ir al trabajo. Apaga el despertador, entra al baño, se lava, se acomoda, busca su ropa, coge sus pertenencias y rápidamente se prepara un bocadillo antes de abandonar su morada. Camina con paso acelerado hacia la parada del bus como de costumbre y sin mucho drama, se proyecta de camino a la oficina.
El resto de la jornada, la joven dama no hace más que cumplir con sus obligaciones, hablar con sus compañeros de trabajo, comer algo ligero en el almuerzo y luego continuar con el trabajo para entonces volver a su casa. Aquel patrón con el que ella rige su vida se ha convertido en algo indispensable para perpetuar su existencia y darle sentido a la misma. Eso no le desagrada, pues luego de que todo está dicho y hecho, todavía dispone de tiempo para disfrutar de otras cosas.
Un día luego del trabajo, caminando por el centro comercial en el que almuerza, observa por el reflejo de una vitrina un rostro que captura su atención. Es el de un hombre mayor, quizás en sus cuarenta, mirándola con sumo detalle. No obstante, el foco de su mente cambia al recibir una llamada que le hace olvidarse del sujeto para posteriormente seguir con su agenda.
Ya de noche, a pocos segundos de caer dormida, por alguna razón llega a su cerebro la imagen de aquel hombre. Por un momento se pregunta si en verdad la estaba observando o si simplemente el reflejo de sus miradas se cruzaron en un evento casual. Sin darle muchas vueltas a eso, apaga su mente hasta la salida del alba.
El resto de la jornada, la joven dama no hace más que cumplir con sus obligaciones, hablar con sus compañeros de trabajo, comer algo ligero en el almuerzo y luego continuar con el trabajo para entonces volver a su casa. Aquel patrón con el que ella rige su vida se ha convertido en algo indispensable para perpetuar su existencia y darle sentido a la misma. Eso no le desagrada, pues luego de que todo está dicho y hecho, todavía dispone de tiempo para disfrutar de otras cosas.
Un día luego del trabajo, caminando por el centro comercial en el que almuerza, observa por el reflejo de una vitrina un rostro que captura su atención. Es el de un hombre mayor, quizás en sus cuarenta, mirándola con sumo detalle. No obstante, el foco de su mente cambia al recibir una llamada que le hace olvidarse del sujeto para posteriormente seguir con su agenda.
Ya de noche, a pocos segundos de caer dormida, por alguna razón llega a su cerebro la imagen de aquel hombre. Por un momento se pregunta si en verdad la estaba observando o si simplemente el reflejo de sus miradas se cruzaron en un evento casual. Sin darle muchas vueltas a eso, apaga su mente hasta la salida del alba.
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