¿Cómo están, chicos? Aquí les dejamos el nuevo capítulo. Sin embargo, hay una cosa que debo decirles y que entre tantas cosas se me ha pasado por alto.
Para quienes siguen esta novela, espero que esté siendo de su gusto y que la escritura de la misma esté siendo agradable para ustedes, ya que ese ha sido el fin desde el principio.
Ahora bien, para los más diestro en el sub-mundo de la gramática, se habrán dado cuenta que la narración de esta novela mezcla una par de tiempos verbales. Dichos tiempos, para los más conocedores, quizás les haga pensar que están mal empleados. Sin embargo, quiero que sepan que esa ha sido la intención desde siempre y todo se ha hecho adrede. Para hacerlo un poco gráfico, la novela en los momentos clave se rige en una narrativa en presente, mientras que las situaciones reflexivas que la voz del narrador explica están en pasado.
La razón de esto se debe a que posiblemente les haya sucedido que lo que quieren decir, solo, y exclusivamente solo, funciona en un tiempo verbal determinado, debido a que en "X" tiempo, toma mayor impacto o sencillamente porque "suena mejor". Por ello, y también a las libertades que creo que esta historia me permite junto a las "informalidades" que rigen el concepto general de la novela ligera, decidí no ser tan estricto al escribir.
En fin, ahora dicho eso, pues puedo dormir con mi consciencia tranquila. Tampoco le den muchas vueltas al asunto y simplemente disfruten de la historia. Recuerden que todo en esta novela se ha estructurado de esta forma, con el fin último de que sea más disfrutable para ustedes y esperamos que a pesar de esta aclaratoria, lo siga siendo.... Creo que me excedí en esta ocasión XD.
PREVIEW
En
un restaurante cercano, no muy retirado del instituto de Selena, está
un joven de vestimentas oscuras a punto de comer.
Ahora
que ella sabía la verdad, era su deber protegerla, al menos hasta
que concluyera con su trabajo principal.
Los
exorcistas tenían la obligación de resguardar a las personas
inocentes de ser poseídas por los Umbral.
Con
solo escuchar esa palabra, Exorcista, hasta el más poderoso de los
demonios acababa por aterrarse. Ellos habían sido el ejército
terrenal de los Cielos desde hacía tiempos antiquísimos.
Su
deber: mantener el equilibrio divino en la dimensión de los
mortales.
Su
misión: defender la ley de la Iglesia y ultimadamente, la palabra de
Dios.
Desterrar
era su deber y proteger a la humanidad de lo que habitaba más allá,
su principio.
El
verdadero origen de esta orden se remonta a muchos siglos atrás, en
una era arcaica, luego de que Dios destronara a los dioses del mundo
antiguo y después de la caída de la estrella del alba, los ángeles
y los demonios vivían en cierta armonía con los humanos.
Había
un pacto que les impedía desatar una nueva batalla entre ellos, por
lo que cada uno tenía su propio pedazo de tierra.
Los
límites estaban bien definidos y nadie se atrevía a romper el
pacto. Sin embargo, pasó algo que ninguno de los dos bandos
anticipó…
Lo
que ocurrió acabó por enemistar a las tres razas.
Algunos
mortales soñaban con ascender al rango de ángeles. Querían hacerse
con sus propias alas y dominar la luz. Los soldados alados
sospechaban que en el fondo, no era su admiración lo que les había
llevado a hacer tal petición, sino más bien, que había sido la
vanidad. Un orgullo del que no podía salir nada bueno…